Tras presenciar la noche del pasado jueves en el Teatro Circo, la obra ?La Bella y la Bestia? puesta en escena por los niños de Asprona, no puedo por menos que felicitar a la organización y a todos los profesionales que trabajan en esta asociación ya que consiguieron que los cientos de personas que abarrotábamos el Teatro nos emocionáramos hasta el extremo.
En tiempos como estos en los que predominan los intereses materiales, es de justicia destacar esta labor y abogar porque cunda el ejemplo.
Mí sensación, cuando acabó el espectáculo que puso en escena el taller de teatro del Centro de Ocio de Asprona, y estoy segura de que era la de todos los presentes, fue la de acabar de vivir uno de esos momentos mágicos que te quedan en el recuerdo para siempre. Un dulce recuerdo que durará mucho tiempo porque estas segura de haber vivido algo excepcional.
Y no es excepcional porque se trate de una obra de teatro realizada por niños, y en este caso mucho más; ni por las horas que los profesores habrán tenido que emplear para que todo saliera a la percepción; sino porque hablamos del resultado del trabajo de una asociación que trabaja de forma desinteresada por todas estas personas.
La excepcionalidad está además en el hecho de que Asprona no se conforma sólo con ayudar al desarrollo de las facultades de estos niños, sino que se empeña día tras día en buscar la normalidad en la vida de todos ellos.
En ese punto donde las necesidades primarias están cubiertas y parece que no es preciso ir más allá, allí está Asprona. Proporcionando capacidades a unos niños y jóvenes que necesitan sentirse vivos, activos y realizados. Necesitan expresar lo que llevan dentro, y Asprona ha sabido sacarlo, y mostrarlo a todos nosotros. Gracias.